TENER MENOS ENERGÍA DESPIERTA EL DESEO DE CONSUMIR DULCE:
Cuando llega el frío, se genera un gasto energético extra para nuestro cuerpo, debe aclimatarse a las nuevas temperaturas. y esto le supone un trabajo hormonal que provoca cansancio. Esta sensación de fatiga nos puede tentar a abusar del dulce. El deseo de alimentos dulces sobreviene normalmente en momentos de menos energía, especialmente por la noche. El cuerpo está pidiendo que le demos “gasolina” rápida para seguir ritmo, que le exige el cambio de estación y son
loscarbohidratos de absorción rápida, como los azúcares los que nos la proporcionan
COMER DULCE CUANDO ESTAMOS ESTRESADOS O DEPRIMIDOS:
Con “la vuelta al cole” y a los nuevos horarios después de las vacaciones, también podemos tener la sensación de desorden y de que el día nos cunde menos. Esto puede derivar en una sensación de tristeza que también nos genera deseos y antojos que nos pueden llevar a los dulces de la despensa.
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