Zumos, Exprimidos o Licuados: El duelo de las bebidas refrescantes y saludables. ¿Cuál es la ganadora?

¡Hola, sanotes! hoy nos sumergimos en el apasionante mundo de las bebidas saludables! ¿Alguna vez te has preguntado qué es mejor: los batidos, los exprimidos o los licuados? ¡Pues prepárate para descubrirlo en este divertido y jugoso enfrentamiento!

¿Qué son?

BATIDOS: ¡Ah, los batidos! Suaves, cremosos y repletos de sabor. Son como una fiesta para nuestras papilas gustativas. Con una base de licuado vegetal, leche o yogur y una mezcla interminable de frutas, verduras y otros ingredientes sabrosos, los batidos son una opción deliciosa para disfrutar en cualquier momento del día. Además, son geniales para aquellos a quienes les gusta masticar su bebida si añades topings. A diferencia de los exprimidos y licuados, los batidos se elaboran utilizando toda la fruta o verdura, incluyendo la pulpa. Esto significa que obtendrás todos los nutrientes y la fibra que ofrece la fruta. Los licuados son fantásticos para aquellos que buscan una bebida saciante y nutritiva.

EXPRIMIDOS: ¡El poder refrescante de los exprimidos no se puede ignorar! Estas joyas líquidas se crean al exprimir frutas frescas y jugosas. ¿Quién puede resistirse a un vaso lleno de zumo de naranja recién exprimido? Los exprimidos son una fuente natural de vitaminas y minerales, y son perfectos para aquellos que prefieren una bebida más ligera y directa.

LICUADOS: Los licuados entran en la competición con su textura suave, gracias a las licuadoras. Los licuados son fantásticos para aquellos que buscan una bebida saciante y nutritiva, pues en los últimos años se han convertido en tendencia las licuadoras de premsado en frío, que permiten conservar los nutrientes de los ingredientes ya que no se calienta la máquina vulnerando las vitaminas de las frutas y las verduras. Pues las vitaminas son un nutriente sensible a las altas temperaturas.

¿Cuál es el mejor?

No hay una respuesta correcta, ya que todo depende de tus preferencias personales y necesidades nutricionales, y sobretodo la frecuencia con la que los tomes. Si te gusta saborear la fruta y disfrutar de una textura más densa, los batidos son la opción perfecta para ti; también si los tomas a diario, así tienes una opción muy nutritiva y al conservar la fibra no generan un pico hipergñucémico porque la fibra ayuda a gestionar el azúcar de las frutas y verduras, la fructosa. Además puedes añadirle licuados de cereales o legumbres o lácteos qlo convierten en una toma más completa nutricionalmente hablando.

Si buscas una opción ligera y refrescante, los exprimidos son los ganadores indiscutibles. Y si estás interesado en aprovechar al máximo los nutrientes, especialmente las vitaminas, en un exprimido tienes el tope de gama. Son ideales para tomar en épocas de detox, o para prevenir o curar un costipado, por ejemplo, tomando exprimidos de cítricos. Aun así, si quieres una bebida frecuente, estos no serían la mejor opción, porque al desastimar la fibra, y al usar varias piezas para un solo vaso, hay una cantidad de azúcares demasiado elevada.

En los licuados, si se le añade agua, no hay tanta concentración como en un exprimido, y también pueden ser una buena opción como complemento de un desayuno o merienda. Si está aguado, hay menos vitaminas, pero también menos azúcares. Son una buena opción para aquellos a quien no les encontrar texturas sólidas.

Lo que si que esta clarisimo es que siempre seran mejor los zumos naturales hechos en casa que los comprados. Solo para que sepas los distintos tipos de zumos preparados a nivel industrial pueden ser de varios tipos:

  • Zumo natural envasado: es el que una vez está exprimido se pasteuriza y se envasa en tetrabrik. Puede conservarse a temperatura ambiente.
  • Zumo natural refrigerado: mismo proceso que el anterior, pero después de ser pasteurizado es enfriado entre 0-4 gradosC, posteriormente son envasados y distribuidos. Su tiempo de conservación pude durar hasta unos veinte días.
  • Zumo concentrado: el zumo se concentra respecto a su volumen inicial y posteriormente se le añaden los aditivos para que recupere los aromas. Antes de ser envasado se les añade agua para que recupere el volumen inicial.

De los 3, los zumos naturales refrigerados serian la versión menos artificial y que conservan más las propiedades de la fruta, pero nada que ver con un zumo recién hecho, pues las vitamines son suscetibles al oxigeno y también fotosensibles, así que van perdiendo propiedades a medida que va pasando el tiempo. ¿Sabes aquello qu te decía tu abuela de «tómate el zumo enseguida que se van las vitaminas»? Pues era cierto. Las abuelas siempre tienen razón 😉

¡Pero no te preocupes! ¡Puedes probarlos todos y experimentar con diferentes combinaciones para encontrar tu favorito! Además, recuerda que todas estas opciones son mucho más saludables que las bebidas azucaradas y procesadas que encontramos en el supermercado. Así que estas vacaciones de verano, aficiónate a los zumos de frutas.

Tienes todo este artículo, contado por mi misma en el vitampodcast. Escúchalo aquí: https://go.ivoox.com/rf/114628765

Consumo de fermentados para la salud intestinal:

¿Tienes barriga dura e hinchada y sufres malas digestiones? Puedes tener un intestino inflamado, y hay un tipo de alimentos que te pueden ayudar a remediarlo si además cambias algunos hábitos de vida. Hoy te hablo de los fermentados.

Este verano, estoy pasando unos días en la playa, y un año más, me he dado cuenta de la cantidad de gente que hay con un vientre hinchado. Algunas son personas delgadas, ni tan solo sufren sobrepeso, pero el diámetro de su cintura es casi tan ancho como el de sus caderas. Especialmente hinchada en la parte baja, desde encima del ombligo. Es una barriga dura, no son “michelines”, cuando se sientan no se les dobla, se arruga por debajo del pecho. 

Estas barrigas hinchadas, pueden ser síntoma de unos intestinos inflamados. Eso puede darse por varias razones: tener alguna intolerancia alimentaria no diagnosticada o hacer excesivo consumo de alimentos que propician la inflamación, como los que contienen la proteína de gluten, lácticos con lactosa, ultra procesados… y las malas digestiones de éstos alimentos provocan gases, acidez, dolores abdominales, estreñimiento o heces demasiado claras.

La alimentación no es el único factor que te puede causar mala salud intestinal. También el estrés, malos hábitos de descanso e insuficientes horas de sueño, estar pasando un periodo de tristeza extrema o no practicar ejercicio habitualmente influye en el funcionamiento intestinal.

A parte de mejorar los hábitos de salud emocional, alimentarios y hacer ejercicio a menudo, hay algunos alimentos que pueden ayudar a mejorar el funcionamiento del órgano intestinal. Son los fermentados.

¿Qué son los fermentados?

Los alimentos fermentados son todos aquellos que han pasado por un proceso de fermentación. Es decir, se han dejado reposar para que se crearan unas bacterias que cambian el alimento. Pasa con el pan o los pasteles cuando sube con la levadura, o pasa con la leche cuando se convierte en yogur.

Nuestro intestino delgado también esta lleno de microbacterias de un montón de clases distintas que son imprescindibles para el proceso de la digestión. De hecho, cuando pasamos una infección y hemos tenido que estar con tratamiento antibiótico, podemos tener descomposición porqué el medicamento ha matado también parte de las bacterias buenas de nuestro intestino; cuando esto nos ocurre se nos receta un probiótico, que no deja de ser una solución con un montón de microbiota que ayudaran a la colonia intestinal a volver a su estado óptimo. 

¿por qué es bueno consumirlos?

Si tomas habitualmente fermentados en tu dieta, vas a mantener una salud intestinal más sana, porqué tu órgano va a estar con más riqueza bacteriana y va poder realizar mejor las digestiones de los alimentos que consumes.

Si lo tomas con alimentos reales es un formato más natural que con pastillas o sobres de probióticos que puedes reservar para periodos más puntuales o patológicos. Si tomas alimentos fermentados tu cuerpo no necesita tantos recursos para gestionarlos (como sí ocurre con un procesado o complemento alimentario) comparado con los recursos que nos aportan como beneficio.

¿Qué tipo de fermentados hay?

Más allá del yogur o el kéfir, hay otros alimentos fermentados que puedes tomar a menudo para ayudar a tu colonia de bacterias intestinales. Te digo 5 ejemplos de alimentos, que a lo mejor no conoces cuando los leas, pero que son fáciles de añadir en tu día a día:

  • El tempeh de legumbres: lo puedes hacer en casa, aunque no siempre te queda bien. Los hay en dietéticas o secciones naturales de los supermercados. Puede ser de soja, de garbanzos o de guisantes. Se puede laminar y hacer a la plancha o calentarlo un poquito con alguna salsa y tomarlo como segundo plato ya que tiene contenido proteico.
  • El miso: es una pasta de soja fermentada típica en la sopa japonesa, pero también se puede añadir como ingrediente en cremas de verduras o salsas en vez de la sal. Hay distintos tipos dependiendo si es solo de soja o lo mezclan con otros cereales como el arroz o la cebada; varia su color y su sabor dependiendo del tipo que sea.
  • Encurtidos de verduras o pickles: son muy fáciles de hacer y serán más saludables que comprar encurtidos hechos a base de vinagres de vino. Se trata de poner verduras en una solución ácida y salmorra y dejarlo fermentar. Quizá el más conocido es el chucrut. Es col fermentada. También se puede hacer en casa si tienes excedentes de coles, es muy fácil, aunque no sale caro comprarlo. Los centroeuropeos lo toman conjuntamente a las carnes más grasas que comen para ayudarles a digerirlas. Puedes tomar una cucharada de postre de chucrut antes de cada comida para que te ayude en las digestiones si pasas un periodo de malas digestiones.
  • Ume: son unas ciruelas japonesas, que han estado cultivadas y fermentadas siguiendo un cuidadoso proceso biodinámico (en unas lunas concretas). Se pueden encontrar enteras o en pasta; también hay el vinagre de umeboshi. Se puede añadir a los alimentos o lo tomarlas solas como probiótico natural.

Los fermentados han sido desde los ancestros, una manera de conservar los alimentos cuando tenían excedentes. Tienen un sabor fuerte, salado o agrio, dependiendo del tipo de fermentado, por lo que hay que educar el paladar a tomarlos porque tienen un sabor particular. Sobretodo, si los compras hechos, ten en cuenta que no estén pasteurizados, pues este proceso de altas temperaturas se carga los microbios. 

A parte de los ejemplos anteriores, hay un fermentado por excelencia, a mi ver, que es el más fácil de tomar a menudo y que no cuesta tanto porque tiene un sabor más agradable. Es el te kombucha. Es un te negro o verde fermentado, de origen chino. Si tienes paciencia y sitio en casa puedes hacértelo tu mismo, pero cada vez hay más y mejores opciones compradas. Mi marca preferida es kombutxa drinks, que tienen una linea con distintos sabores muy polivalente con cualquier plato.

Además de tomarlo entre horas o durante las comidas, también lo puedes utilizar para hacerte tus propios fermentados de verduras como este que he hecho yo con raíces.

 

Receta: Pickle de raíces con te kombucha

 

 

 

 

 

INGREDIENTES:

– 2 remolachas crudas

– un puñado de rábanos crudos

– Té kombucha de Kombutxa drinks, sabor Hibiscus

– 1 vaso de vinagre de manzana

– 2 ramas de tomillo

– un trozo pequeño de jengibre fresco

– una cucharada sopera de sal del Himalaya

* Necesitas un bote de cristal que cierre hermético. El mío es de IKEA. Puedes comprar el gadget especial para encurtidos de Lekué.

ELABORACIÓN:

– Corta las verduras pequeñas

– Pela y corta un trozo pequeño de jengibre

– Añade un par de ramas de tomillo

– Y una cucharada de sal

– Vierte el vaso de vinagre

– Y el te kombucha hasta llenar

Cierra y deja en lugar oscuro mínimo 10 días, pero puedes dejarlo hasta 3 semanas. cuando hayan pasado esos días solo es abrir y comer.  Te he hecho un video corto para que lo veas:

Los pickles fermentados puedes añadirlos a las ensaladas, como acompañamiento en carnes y pescados o bien tomarlos solos como aperitivo.

Espero que te animes a introducir alimentos y bebidas fermentadas en tu dieta y esto te ayude a mejorar tu salud intestinal.

Si tienes los síntomas que he descrito al principio del artículo y quieres más ideas de cómo mejorar tu salud intestinal, puedes pedir una visita puntual conmigo vía skype, escríbeme y te informamos sin compromiso.

Si prefieres oir este artículo, aquí tienes el podcast con algunos extras.

Cómo reforzar tus defensas

¿Os ha pasado que cuando un niño en clase de vuestros hijos enferma, el resto lo van cogiendo poco a poco y media clase en casa? ¿Hay un virus intestinal en la oficina, y media planta lo pasa? ¿Los hospitales se colapsan de gripe? ¿Los cambios de temperatura siempre te provocan resfriados? Todo esto son defensas bajas. Tenemos un escudo natural que nos protege para no enfermar y se llama sistema inmunológico.

¿Qué debilita el sistema inmune?
– El estrés y el cansancio frecuente pone a nuestro cuerpo allímite y lo hace más vulnerable a las enfermedades de nuestro alrededor.
– Hacer excesos en alimentación como el consumo de tóxicos provocan que el cuerpo tenga que centrar sus energías en combatir esoso tóxicos y tienen menos energía para defenderse de los gérmenes. Cuando hablo de tóxicos me refiero a: alcohol, refinados y otros químicos, aditivos en los procesados alimentarios…

¿Cómo reforzar nuestras defensas?
Algunos consejos básicos para mantener la salud inmunológica:

  • Dormir una media de 7 horas si eres hombre y 8 si eres una mujer.
  • Hacer ejercicio físico moderado de manera regular
  • Hidratarte correctamente: el agua nos ayuda a eliminar toxinas.
  • Añadir estas hierbas o especies en tu día a día: equinacea, curcuma, pimienta de cayena, canela, jengibre, cardamomo, clavo.
  • Llevar una alimentación equilibrada donde no falten:
      • Probioticos naturales: con el consumo de fermentados (CH cocinados del día antes, nato, miso, tempeh, kombutcha, chucrut y otros pickles …)
      • Vitamina C: perejil, pimiento, cítricos…
      • Semillas: nos aportan vitamina E (de girasol, de calabaza, frutos secos…)
      • Antioxidantes: frutos rojos o morados
      • Alimentos verdes: crucíferas, verduras de hoja verde… Estan llenas de carotenos. Las que son amargas son especialmente buenas para els sistema de defensas.
      • Grasas saludables: pescado azul, linaza, aguacate, aceite de oliva virgen extra…¿Cuando hay que reforzar más el sistema inmunológico?
        Los momentos donde somos más vulnerables son las épocas en las que nos hemos desgastado mucho, sea porqué estas en pretemporada deportiva, o porque estas e exámenes, o en tu temporada más fuerte en el trabajo. También si estás pasando por un disgusto muy fuerte puedes debilitarte. En los cambios de estación del año, especialmente en las estaciones de solsticio (primavera y otoño) el cuerpo está más débil por tener que aclimatarse a las nuevas temperaturas.

        Si le das al cuerpo todas las “herramientas” para que pueda reforzar els sistema inmunológico, y le creas un ambiente alrededor tuyo que va a ser más difícil enfermar, vas a gozar de plena salud a pesar de los cambios que vivas y vas a encontrar mayor estabilidad en tu día a día.

        Si quieres ver el consultorio dominguero sobre este tema aquí tienes el vídeo:

        Si preferes escucharlo como podcast en ivoox aquí tienes el enlace.

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